sábado, 12 de mayo de 2012

RAJOY NO TIENE UN PLAN PERO SI UN MODELO.

El gobierno solo ha hecho y hará recortes.No procura ingresos suficientes a través de la tributación de los que más tienen. No ha creado un impuesto sobre grandes fortunas, ni una imposición real sobre las inmunes y privilegiadas rentas del capital, ni una reforma de fondo del impuesto de sociedades, desplomado en su recaudación.
Rajoy ha preferido hacer mucho más difícil el acceso a la enseñanza universitaria y a la sanidad pública.
De modo que sean las clases medias, los trabajadores y los inmigrantes los que soporten la crisis, que sean estos los que paguen a los más ricos, a los cuales se les exime de aportar en proporción a su riqueza ( Hollande, por ejemplo, va a gravar con un 75% a las rentas más altas).

La victoria de Hollande ha creado condiciones nuevas más favorables para este anhelado crecimiento europeo. Sin embargo , Rajoy no mueve un dedo ante la Unión. No impulsa iniciativas para que se consigan esos objetivos, sin los cuales España difícilmente saldrá, en un tiempo razonable, de la situación en la que vive.Ya debería estar proponiendo ideas en esa dirección en Bruselas, y hablándolas con la oposición, particularmente de cara al trascendental Consejo Europeo de junio.El gobierno español es el más afectado por la ya triple crisis (de crecimiento, de deuda y del sistema bancario). Rajoy es una estatua de piedra en una Unión por fín movilizada tras el cambio en el Elíseo.

Sin embargo, aunque Rajoy no tenga un plan (nunca lo tuvo),ni nada que se le parezca, la política de recortes sin fronteras sí constituye otro modelo de sociedad, diferente al que plasma la Constitución. Mientras que las subidas de impuestos están pensadas para dos años, los profundos hachazos en educación y sanidad son para siempre. Este es el modelo que la derecha prefiere. La educación y sanidad públicas, gratuitas y universales son en España una creación de la izquierda. Nunca mostró especial admiración por ellas la derecha, que prefiere una educación no subvencionada, una sanidad no gratuita ni universal, y progresivamente privatizada, y  una seguridad " para quien se la pueda pagar". Se ha iniciado para importantes capas sociales la exclusión parcial del sistema  de protección social y sanitaria, exclusión que es completa para los inmigrantes irregulares. Es la misma línea xenófoba que Mayor Oreja pretendió con la reforma de la Ley de Extranjería en el año 2000, despojando de derechos a los extranjeros más vulnerables económicamente, y más dependientes.Los mismos derechos que el Tribunal Constitucional les devolvió afortunadamente años después. Pero la xenófobia y el populismo están de moda en la derecha europea.

Estas reformas regresivas no son temporales. Son parte de un modelo que, al calor de la crisis y de la urgencias del déficit, el pensamiento conservador va a intentar que se consolide en la sociedad española. Es un modelo inconstitucional a todas luces, pero nunca le ha preocupado esto a la derecha. Supone un salto cualitativo ( esta vez hacia atrás) en las tres grandes dimensiones históricas del Estado Social: la asistencial(pasiva), la protectora (activa) y la redistribuidora (fiscal).
Imponer esta política en una sociedad democrática no es sencillo. Por eso, Rajoy y su gobierno han puesto en marcha dos medidas de calado. La primera, el endurecimiento de la política de "orden público" ( que no de seguridad), para romper sin miramientos especiales las movilizaciones pacíficas y democráticas. La segunda, la vuelta al control de la televisión pública. La reforma de la legislación para la elección del director de RTVE es la otra cara de la moneda de la quiebra del Estado Social. Unas reformas tan brutales e innecesarias como las que el PP (sin diálogo con nadie) quiere implantar, necesitan que RTVE vuelva a ser la finca del gobierno. Y con ello se cierra,  el círculo de hierro en que se ha convertido  en tan poco tiempo  el " previsible" gobierno de Rajoy.

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