El PSOE, en el 1º de Mayo, muestra su apoyo a los trabajadores y a
quienes se encuentran en situación de desempleo y quiere trasladarles
que tienen al Partido Socialista de su parte en la defensa de sus
derechos.
No estamos ante un 1º de Mayo cualquiera; es el primero que los
españoles celebramos tras la ruptura, por el Gobierno del Partido
Popular, del modelo de relaciones laborales de nuestra Constitución.
Una ruptura propiciada por una reforma laboral aprobada al margen del
diálogo social, sin consenso político y vulnerando preceptos
constitucionales. Los socialistas mostramos nuestro rotundo rechazo a
esta reforma, que lejos de ofrecer una respuesta a los problemas de
nuestra economía, intenta aprovechar una coyuntura de crisis económica
para realizar un ajuste de cuentas con los derechos de los trabajadores.
Cuatro meses después de que el PP haya llegado al Gobierno, hoy los
trabajadores tienen más probabilidades de ser despedidos, desarrollan su
trabajo en unas condiciones más precarias y tienen menos posibilidades
de utilizar la negociación colectiva como vehículo para pactar sus
condiciones de trabajo.
Y a cambio de nada; la reforma laboral no soluciona ni la dualidad de
nuestro mercado de trabajo, ni su capacidad para crear empleo, sino que
agrava los desequilibrios de nuestra economía.
Los españoles ya se están dando cuenta de que este Gobierno no tiene
un plan para enfrentar la crisis pero sí una ideología profundamente
conservadora que utiliza la grave situación económica como coartada para
acabar con todos los pilares que sustentan nuestra cohesión social.
El Gobierno tendrá enfrente al Partido Socialista hasta que no ceje
en su empeño de romper el equilibrio en las relaciones laborales, de
suprimir el carácter universal de nuestra sanidad y de limitar la
capacidad de generar igualdad de oportunidades de nuestra educación
pública.
Las causas de esta crisis no se encuentran ni en nuestros hospitales,
ni en las aulas, ni en los servicios sociales, ni en el modelo de
relaciones laborales. Es una crisis cuyo origen se sitúa en el sistema
financiero internacional y que en España ha intensificado sus efectos
sobre el empleo al coincidir con el estallido de nuestra burbuja
inmobiliaria.
La solución a los problemas económicos que nos aquejan, no pasa por
laminar las bases de nuestro Estado de Bienestar, ni por imponer vías de
ajuste rápidas a través de despidos y empleos precarios, sino por
desarrollar aquellas políticas que mejoren nuestro crecimiento y
competitividad sin lesionar derechos sociales que son patrimonio del
conjunto de la sociedad española.
Es necesario introducir más eficiencia y competencia en nuestros
mercados de bienes y servicios, reforzar nuestro sistema educativo y la
formación continua de trabajadores, impulsar la investigación y el
desarrollo, potenciar la actividad emprendedora y la base exportadora de
nuestras empresas y seguir capitalizando nuestra economía con
infraestructuras productivas.
España y Europa, necesitan una agenda de crecimiento que complemente
las acciones para situar las economías en la senda de la estabilidad
presupuestaria. Y hoy esa agenda contra la crisis es una evidencia que
se manifiesta con más fuerza que nunca en Europa y que el Gobierno de
España sigue ignorando, permanece al margen.
Existen ya demasiadas evidencias, y España es una de ellas, de que
intensificar el ajuste presupuestario sin política de crecimiento, es la
fórmula más eficaz para conseguir más recesión, más desempleo y, por
tanto, más dificultad para alcanzar el equilibrio estructural de
nuestras cuentas públicas.
En un día como el 1º de Mayo, los socialistas hacemos un llamamiento
para que el Gobierno rectifique su política económica, tan injusta y tan
dañina, para nuestras posibilidades de recuperación.
Reforzamos nuestro compromiso con los derechos de todas las personas que tienen trabajo y de quienes aspiran a tenerlo.
Reforzamos nuestro compromiso con una política económica alternativa,
que logre ganar competitividad sin atacar los derechos de los
trabajadores y que se instale en la senda de la estabilidad
presupuestaria, sin llevarse por delante nuestro Estado social.
Y con este empeño, y con la firme convicción de que hay un camino más
justo y eficaz para salir de la crisis, nos manifestaremos el 1º de
Mayo y hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que se una a las
convocatorias de las organizaciones sindicales.
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