Llegó con tres heridas, como en el poema del inmortal Miguel Hernández. La educación pública ha sufrido tres severos hachazos en la última semana. Los recortes del Gobierno del Rajoy
desangrarán el sistema educativo, amén de otros pilares del estado del
bienestar (sanidad y dependencia). Tres heridas en una semana negra y
ninguna es del amor o de la vida, todas persiguen la muerte de un modelo
basado en la igualdad de oportunidades. Con tan severos tijeretazos se
quiere abonar el terreno al negocio privado y caminar hacia una
enseñanza clasista y elitista para las capas más privilegiadas y
poderosas de la sociedad.
Primera herida: la pérdida de calidad de la
educación obligatoria (Primaria y ESO) y postobligatoria (Bachillerato y
Formación Profesional). Un ajuste de nada más y nada menos de 10.000
millones de euros que se traduce el aumento de la ratio de alumnos por
aula, la eliminación de los desdobles, aumento de la jornada laboral del
profesorado y la no cobertura de las bajas durante dos semanas. Todo
este retroceso supondrá una peor educación para nuestros hijos y el
doloroso despido de decenas de miles de docentes interinos. Un enorme
sacrificio extra a añadir a la injustificable caída del 21% de los
recursos consignados en los Presupuestos Generales del Estado.
Segunda herida: romper la igualdad en el acceso a
la Universidad. La subida de las matrículas, unida a la reducción de las
becas, dificulta el ingreso en el nivel superior de enseñanza para
muchos españoles. Supone una quiebra del modelo equitativo existente
para instaurar otro en el que se segrega por el poder adquisitivo en
detrimento de la capacidad de los estudiantes.
Tercera herida: impugnación de las oposiciones de
Secundaria de Andalucía. El Gobierno de la nación ha presentado un
recurso ante el Tribunal Constitucional para paralizar la incorporación
de 2.389 docentes. Una decisión fría como el metal de las tijeras de
podar que usa Rajoy, calculada y cobarde fruto de la deslealtad
institucional de un Ejecutivo del PP que mira con inquina a esta
comunidad autónoma. Han llevado el recurso contra las oposiciones al
alto tribunal en el último momento y una vez que han pasado las
elecciones autonómicas del 25 de marzo. La medida significa un gran
perjuicio de miles de opositores (33.154 exactamente) que han invertido
tiempo y dinero en prepararse durante meses estas pruebas. Rajoy y Javier Arenas,
con su silencio cómplice y bochornoso, han quitado a estos opositores
la posibilidad de encontrar un empleo y a los interinos la opción de
consolidar su plaza. Ya previamente y a traición les habían cambiado el
temario. Con menos docentes, menos calidad y más fracaso escolar. Ésa es
la cruz que nos impone el PP con esta sectaria impugnación
.
.
Tres navajazos traperos y por la espalda a la educación pública. Tres
heridas sin amor ante las que no cabe la resignación de la muerte sino
la lucha por la vida de nuestro sistema educativo. Nos toca por pelear
por nuestros derechos porque de ello depende el futuro de nuestros
hijos.
(Miguel Ánguel Vázquez)
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