Las maestras republicanas simbolizan el proyecto de transformación social y cultural de la II República. En sus trayectorias vitales encontramos la plasmación de las esperanzas, las experiencias y los logros alcanzados por las mujeres españolas en esos años de cambios profundos, en los que las mujeres obtuvieron la ciudadanía civil y la ciudadanía política y en los que la educación era concebida como el fundamento de una auténtica democracia.
Con la II República, y por primera vez en la historia de España, las mujeres pudieron gozar de los derechos que posibilitaban el ejercicio de una libertad personal básica, lo que, a su vez, las capacitaba para participar en el ámbito público, incluido el ejercicio de los derechos políticos y en concreto del derecho al voto. El triunfo de la plena incorporación de las mujeres a la ciudadanía fue, a la postre, uno de los principales rasgos distintivos de la II República. También lo fue el proyecto de renovación pedagógica, inspirado en la Institución Libre de Enseñanza y en la escuela única socialista, en el que participaron activamente las maestras republicanas.
Este proyecto educativo preconizaba una pedagogía activa, intuitiva e integral, que estimulaba el desarrollo de la personalidad de cada niño y de cada niña en las escuelas mixtas. Era un modelo de educación caracterizado por ser público, laico, obligatorio, gratuito, bilingüe y solidario, en el que se instituía la coeducación en los tres grados de la enseñanza. Sobre los maestros y las maestras – que encarnaban, ellas mismas, el nuevo modelo de mujer moderna e independiente - recaía la tarea fundamental de formar y educar a la infancia, a los niños y las niñas de ciudades y de pueblos, que eran quienes habían de constituir, en el futuro, la nueva ciudadanía de España.
La profesión de maestra era uno de los pocos ámbitos laborales en el que las mujeres habían ido conquistando, desde el siglo XIX, un terreno de afirmación, reconocimiento y legitimación en la esfera pública. En la España de las primeras décadas del siglo XX muchas maestras se sintieron atraídas por las corrientes modernas de innovación pedagógica, participaron en organizaciones femeninas y feministas que luchaban por la reforma social y la igualdad de derechos de la mujer, así como formaron parte de partidos políticos y de sindicatos. En los años 30, la II República contó con numerosas maestras identificadas con las ideas de libertad de pensamiento y de cátedra, de promoción de la libertad individual, de laicismo, que en las aulas utilizaban la experimentación, la creatividad y los métodos participativos de aprendizaje, trabajaban al aire libre, hacían excursiones y fomentaban la educación física de alumnos y de alumnas. Maestras que participaron en la amplia variedad de actividades educativas y culturales desplegadas por la República: las escuelas nocturnas para trabajadoras adultas, las misiones pedagógicas, las bibliotecas populares, las colonias escolares, las cantinas escolares. Maestras rurales que trabajaron por educar y formar a los niños y niñas de lugares aislados y remotos. Maestras que continuaron con su labor docente durante la guerra civil y que sufrieron la depuración, la represión y el exilio.
Mujeres valientes y comprometidas, que participaron en la conquista de los derechos de las mujeres y en la modernización de la enseñanza y, con ello, en la construcción de una sociedad democrática y libre. En sus vidas aúnan dos rasgos del proyecto político de la II República que hoy en día siguen siendo referentes y mantienen su vigencia: la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres y por una educación pública y democrática.
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