Hace ya bastantes años, la joven promesa del atletismo español Alfredo Pérez Rubalcaba, se derrumbaba sobre la hierba del estadio Vallehermoso, en Madrid, y rompía a llorar desconsolado, consciente de que la grave lesión que acababa de sufrir truncaba su carrera de velocista.
Aquel chico observador, inquieto y despierto se había enganchado al atletismo y andaba envenenado(afirma él) con la idea obsesiva de batir el récord de los 100 metros.
Al año siguiente, de sufrir la grave lesión, se metió en política, escandalizado por la noticia de que su compañero de colegio Enrique Ruano se había precipitado al vacío desde un séptimo piso en Madrid mientras estaba detenido por la Brígada Político-Social franquista.
El número dos socialista, pieza imprescindible de sus Gobiernos y superviviente excepcional de las crisis y derrotas sale ahora del segundo plano y salta a la arena para librar con Mariano Rajoy, el combate de jefes que decidirá el gobierno de España.
La derecha teme a este hombre, incluso en momentos como los actuales, favorables a ellos.
Pero ¿quién es en realidad este político que tras haber ejercido de casi todo- portavoz gubernamental, ministro de Educación y de la Presidencia con Felipe González, portavoz del grupo parlamentario, ministro del Interior y vicepresidente con Zapatero
Continúa en las altas cotas de popularidad sostenido por su reputación de profesional inteligente, trabajador,persona muy capaz.?
Cuentan los que lo conocen personalmente, su facilidad de palabra,pero se comprende si se tiene en cuenta la capacidad comunicativa descansa en el lenguaje corporal, en los gestos envolventes, algo hipnóticos, de sus manos, en las expresiones faciales, el juego de señales de sus ojos y el énfasis verbal que le permite enfocar e iluminar.Es verdad que la ironía, su arma dialéctica preferida, corre el riesgo de ser mal interpretada.
Alfredo Pérez Rubalcaba , nació en Solares (Cantabria) el 28 de julio.
Fué un estudiante brillante, remató sus estudios con el Premio Extraordinario Doctorado en Ciencias Químicas, y un niño tan bueno y religioso que en los veranos se levantaba a las siete de la mañana para ayudar a misa en el convento de las Carmelitas Descalzas del Escorial.
Rubalcaba mantiene una relación cordial, pacífica, con su infancia y con la religión.Siempre ha apreciado que la dirección del colegio del Pilar de Madrid, donde estudió, le autorizara a no asistir a misa cuando, a los 16 años, el eterno delegado de la clase,que él era, entró en crisis de fe.
Profesor, político,químico(en 1982 fue seleccionado por Diario 16 entre los 10 investigadores más prometedores) y atleta (subcampeón de España de 100 metros) Rubalcaba es un personaje complejo y brillante, polivalente.
Puede disertar con propiedad sobre el plan energético, la biotecnología o la contracción fiscal, con la ventaja añadida de que,devorador de libros y estudioso impenitente como es, mantiene viva la curiosidad y las ganas de aprender. Es su oratoria netamente didáctica, a la que jamás renuncia, como si no acabara de abandonar el aula universitaria, y el empleo sistemático de la lógica, derivado de su formación científica, lo que le permite sacar a relucir las contradicciones del adversario y mantener su popularidad.
No es un intelectual ni un teórico, no se le conocen escritos reveladores de un pensamiento político profundo, pero nadie como él para desbaratar los frentes del adversario.
Es vivo, rápido, desprende empatía y conoce y sabe tratar a la gente.
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