Los recortes no son estrictamente un problema financiero. Son un problema social, una posición política, la orientación secular de una derecha que no cree en el sector público.
Los españoles hemos sido capaces de haber creado una de las mejores sistemas sanitarios del mundo. Sin embargo, el gobierno conservador español trata de desmantelar lo que tantos años nos costó construir desde la Ley de Sanidad de 1986 de Ernest Lluch.
La excusa estival es decir que durante el verano hay menos población. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, en concreto en la Villa de Madrid, efectivamente, ha habido una disminución de la población de hecho porque muchos de los madrileños se han ido de vacaciones a disfrutar de un merecido descanso.
Sin embargo, parece natural pensar que los madrileños, por seguir con el mismo ejemplo, se han ido a algún lugar, que no han desaparecido en el tiempo y en el
espacio. Vamos que en estos momentos están pasando sus vacaciones fuera de Madrid, en otras regiones que, sin embargo, no se han reforzado desde el punto de vista sanitario.
espacio. Vamos que en estos momentos están pasando sus vacaciones fuera de Madrid, en otras regiones que, sin embargo, no se han reforzado desde el punto de vista sanitario.
Es decir, que asistimos, con la excusa estival, a numerosos hospitales con salas cerradas, quirófanos clausurados, y, paradójicamente, con lista de espera crecientes en un país que presumía de tener la mejor sanidad pública del mundo.
Durante el último gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se gastó en sanidad pública aproximadamente 63.000 millones de euros, mientras que este año contempla un gasto sanitario de tan sólo 53.000 millones de euros. Un recorte tan drástico y dramático que supone un cambio de modelo social para nuestro país.
Los recortes de la señora Mato y de las regiones gobernadas por el PP, empero, no han supuesto una reducción del déficit sanitario, sino todo lo contrario. Ha aumentado de forma llamativa sin que siquiera se haya recortado en las partidas que en todo caso supuestamente serían superficiales, sino que se ha dañado en lo sustancial: en la reducción de inversiones y transferencias fundamentales para el mantenimiento de la sanidad pública española.
Queda demostrado por tanto que los recortes sanitarios no sirven para disminuir el déficit sanitario de las comunidades autónomas, sino que son el instrumento idóneo de la derecha más reaccionaria de Europa para privatizar el sistema sanitario público, eliminar la universalidad, cambiar de modelo social en una nación que no merece este gobierno.
Antonio Miguel Carmona es miembro del Comité Federal del PSOE y profesor de Economía
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